El
Cristianismo surge en Palestina en el siglo I y su difusión se hará a través
del Imperio Romano. Perseguido al principio por las autoridades romanas, se
practica clandestinamente en las catacumbas. Durante esta etapa el cristianismo
rehúye las imágenes, quizás por temor a las autoridades o quizás por influencia
judía que no admite representaciones de su Dios. Así, los primitivos cristianos
tan sólo se valen de símbolos como el pez, el pan o el cordero. En principio,
el arte cristiano toma como modelo el arte romano.
El arte paleocristiano andaluz, su legado es pobre, reduciéndose a
restos incompletos y piezas descontextualizadas. Una de las representaciones de
Cristo más antiguas es la imagen de un pastor con un carnero sobre los hombros.
En Andalucía se conservan tres ejemplares de bulto redondo que se fechan en el
siglo IV, el de la Casa de Pilatos de
Sevilla, el más bello y mejor conservado.
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CRISTO BUEN PASTOR, CASA DE PILATOS (SEVILLA) |
- Los
relieves de los sarcófagos paleocristianos: La creencia en la resurrección de
los muertos llevó a los cristianos a generalizar la inhumación en el
enterramiento de sus difuntos, abandonando la incineración practicada por los
romanos. En españa se conservan alrededor de 30 sarcófagos, completos o
fragmentados, muchos de los cuales proceden de la Bética, es decir, de
Andalucía. Cabe destacar el sarcófago de
Carteia en el Museo de Cádiz, el sarcófago del Museo de Córdoba y el sarcófago
de Martos (Jaén).
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SARCÓFAGO DE MARTOS (JAÉN) |
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