El Renacimiento es un movimiento cultural y artístico que surge en Italia
en torno al año 1400, y que marca el paso de la Edad Media a la Edad Moderna,
además trae consigo una gran transformación cultural, no sólo de las artes,
sino también de las ciencias, de las letras y de las formas de pensamiento. El
Renacimiento se fundamenta en los principios de la cultura clásica
grecorromana, y se caracteriza por el rechazo de muchos de los principios del
conocimiento medieval, pretende recuperar el saber clásico, en el cual busca
una nueva de escala de valores para las personas que lo contemplan. Frente a la
sociedad medieval, en la que todo gira en torno a la idea de Dios, durante el
Renacimiento, el hombre pasa a ser el centro del universo. Emplea la razón como
fuente de conocimiento y busca la verdad a través de la reflexión personal y de
la investigación. El arte deja de desempeñar exclusivamente funciones
religiosas y aparecen nuevos géneros y temas como retratos, el desnudo, el
paisaje o los cuadros mitológicos. Y además de iglesias, también se construyen
palacios, ayuntamientos, universidades, etc.
El artista, que durante la Edad Media era considerado como un artesano,
empieza a ser valorado por su dimensión intelectual y sale del anonimato. Ya no
se valora el arte sólo por su utilidad, sino que se busca en él la belleza. Las
obras de arte dejan de ser objetos que tienen que cumplir necesariamente una
función y pasan a ser considerados objetos autónomos. Esta nueva concepción
promoverá el coleccionismo.
El desarrollo artístico y cultural fue diferente en las dos zonas del
territorio andaluz, en la Andalucía occidental perduraba una mentalidad
artística medievalizante, mezcla de tradición gótica europea y del mudejarismo
autóctono, mientras que en la Andalucía oriental, el reino de Granada
sobrevivió hasta finales del siglo XV con todo el esplendor del arte nazarita
pero acogió más rápidamente las formas artísticas del Renacimiento, formándose
distintos focos entre los que destacan el granadino y el jiennense. No obstante
en ambas zonas perviven sustratos romanos e islámicos que afloran como una
constante en las manifestaciones artísticas.
El nuevo lenguaje artístico se introdujo en Andalucía a través de los
tratados de arquitectura, con la llegada de obras y artistas procedentes de
Italia, junto a los cuales se desarrollan importantes talleres, mediante el
viaje y estancia de artista españoles en Italia, influidos por las obras vistas
en Italia, y por supuesto a través de la importante labor de mecenazgo
desempeñado por las casas nobiliarias, que atraídos por el nuevo estilo
encargan gran número de obras a estos artistas.
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