domingo, 22 de mayo de 2016

EL ARTE BARROCO III

PINTURA
La mayor fuente de obras artísticas del barroco la encontramos en la pintura, sobre todo en la gran escuela sevillana, con nombres de artistas como Velázquez, Zurbarán, Murillo, Valdés Leal o Alonso Cano. Todos ellos contribuyeron con sus obras a que el siglo XVII se le denominara el siglo de oro de la pintura española. Por un lado, la iglesia necesitaba difundir y consolidar la religión católica, y para ello recurrió a los artistas para propagar su mensaje. Por otro lado, el patrocinio de la corte, como fue le caso de Felipe IV, propicio diversos encargos. Los retratos tenían al tenebrismo y el naturalismo como características pictóricas más usuales. Andalucía legó al arte barroco un prodigioso elenco de artistas. Diego Velázquez fue el artista universal del barroco andaluz, nacido en Sevilla, es el pintor del naturalismo a veces tenebrista, esta considerado como el mejor retratista de la época. Sus primeras obras destacan por su naturalismo, aunque su estilo evolucionaría gracias a la influencia de Rubens, cuando llegaría a estudiar los efectos de la iluminación, hasta alcanzar un logrado realismo. Entre sus obras cabe destacar El Aguador de Sevilla, Cristo en Casa de Marta, Vieja friendo Huevos, Los Borrachos, La Fragua de Vulcano, La Rendición de Breda, El Retrato de Inocencio X, La Venus del Espajo, Las Meninas y Las Hilanderas.

Murillo destaca en el tratamiento de los temas infantiles que se distinguen por su gracia y dulzura, igualmente destacan en sus obras los temas marianos sobre todo los de la Inmaculada de gran popularidad.

Francisco de Zurbarán, se dedicó principalmente a la temática religiosa, con un estilo simple, aunque efectivo y detallado, predominando en sus obras el tenebrismo y la búsqueda de una representación real de las cosas, entre sus obras cabe destacar San Hugo en el Refectorio o El Ángel Turiferario.

Valdés Leal es un pintor temperamental, de composiciones a veces apasionadas y atormentadas pero lejos de truculento y mortuorio que se le ha atribuido, entre sus obras cabe destacar Las Postrimerías de la Iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad de Sevilla.

Cabe destacar además a artistas como Francisco Pacheco y su obra La Apoteosis de Hércules, o Alonso Cano, que también se dedicó a la pintura, cuyo estilo evolucionó de un marcado tenebrismo a un clasicismo de esencia veneciana, destacando entre sus obras Descenso del Limbo, Cristo Muerto en Brazos de un Ángel y Presentación de la Virgen en el Templo.

EL AGUADOR DE SEVILLA (VELÁZQUEZ)

LOS BORRACHOS (VELÁZQUEZ)

LAS MENINAS (VELÁZQUEZ)

ÁNGEL TURIFERARIO (ZURBARÁN)

POSTRIMERÍAS DE LA IGLESIA DE SAN JORGE DEL HOSPITAL DE LA CARIDAD (VALDÉS LEAL)

APOTEOSIS DE HÉRCULES (FRANCISCO PACHECO)

CRISTO MUERTO EN BRAZOS DE UN ÁNGEL (ALONSO CANO)

EL ARTE BARROCO EN ANDALUCÍA II

ESCULTURA
En la escultura barroca andaluza, predomina la exclusividad religiosa. En las obras se funde el realismo con un carácter dinámico y expresivo. Las imágenes son naturales, puras y diáfanas. Destaca la serenidad y el equilibrio y se intenta motivar la devoción católica. Es una escultura de madera policromada que representa la vida de cristo desde su infancia hasta el drama de la  Pasión, la Virgen sobretodo en su versión de Inmaculada, y los Santos. La imagen procesional de tipo pasionista alcanza gran importancia y es el naturalismo con un fuerte componente dramático lo que caracteriza a la imaginería barroca andaluza. Cabe destacar los nombres de Juan Martínez Montañés, Juan de Mesa y Alonso Cano en la Andalucía del siglo XVII, pertenecientes a las escuelas sevillana y granadina.
El escultor Juan Martínez Montañés, se nutre del clasicismo, del sosiego y del minucioso estudio de la anatomía. En Sevilla le llamaban el "dios de madera" y en Madrid "el Lisipo andaluz". Entre sus obras más importantes destacan El Retablo de San Isidoro del Campo en Santiponce (Sevilla), Niño Jesús, Inmaculada, llamada la Ciguecita y el Cristo de la Clemencia.

CRISTO DE LA CLEMENCIA, SACRISTÍA DE LA CATEDRAL DE SEVILLA

RETABLO DE SAN ISIDORO DEL CAMPO, SANTIPONCE (SEVILLA)

INMACULADA "LA CIEGUECITA"
























































Alonso cano, discípulo de Juan Martínez Montañés, al igual que él también fue pintor y arquitecto, y del mismo modo emplea el clasicismo de su maestro, pero con mayor expresión y dinamismo. Al buscar la perfección y la idealización de sus esculturas, sus obras despliegan solemnidad en detrimento del dramatismo. De la etapa sevillana de Alonso Cano cabe destacar la escultura que ejecuta para el retablo mayor de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Oliva en Lebrija y muy especialmente su talla principal de la Virgen con el niño, también cabe destacar la imagen de Santa Teresa realizada para la iglesia sevillana de San Alberto y hoy en día en el convento del Buen suceso, o la  Inmaculada de la iglesia de San Andrés.


VIRGEN CON NIÑO DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SRA. DE LA OLIVA, LEBRIJA (SEVILLA)


SANTA TERESA, CONVENTO DEL BUEN SUCESO (SEVILLA)

INMACULADA DE LA IGLESIA DE SAN ANDRÉS














































 
Juan de Mesa y Velasco, ingresa en el año 1606 en el taller de Martínez Montañés, en Sevilla. La mayoría de sus obras les han sido atribuidas a su maestro durante mucho tiempo, su trabajo parece que fue dedicado casi en exclusividad a las imágenes que procesionan en Semana Santa. La clave de su éxito se debe al realismo de su obra que responde a un proceso científico por el que incluso hizo muchos estudios y observaciones de figuras humanas reales vivas y muertas que le permitieron aprender a plasmar estas anatomías en sus obras. Cabe destacar entre sus obras sus imágenes de santos, como el de San Juan procedente de la Cartuja de las Cuevas o el de San Ramón de los Mercedarios de Señor San José, ambos en el Museo de Bellas artes de Sevilla. El realismo es la otra gran aportación de la estética de Juan de Mesa, que se inspiraba en personas reales para conseguir ese efecto, destacando entre sus obras más importantes las imágenes de Jesús del Gran Poder, el cristo de la Buena Muerte, el Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de las Angustias.

SAN JUAN BAUTISTA, MUSEO DE BELLAS ARTES (SEVILLA)

SAN RAMÓN DE LOS MERCEDARIOS, MUSEO DE BELLAS ARTES (SEVILLA)

JESÚS DEL GRAN PODER (SEVILLA)

CRISTO DE LA BUENA MUERTE (SEVILLA)

CRISTO DE LA AGONÍA, VERGARA (GUIPÚZCOA)

NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS (CÓRDOBA)

EL ARTE BARROCO EN ANDALUCÍA

ARQUITECTURA
La arquitectura barroca va a incidir en el trazado de las ciudades andaluzas de forma profunda creando unos espacios adecuados para el lucimiento de los edificios que ahora se realizan, se ordenan calles, plazas, jardines y edificios. La decoración juega un papel fundamental, así como el uso del formas cóncavas y convexas que proporcionan un juego de luces y sombras óptimo para conseguir efectos dramáticos. La arquitectura religiosa en la que alcanza mayor importancia con un variedad de templos, seminarios, conventos, capillas, camarines y ermitas repartidas por toda la geografía andaluza y satisfaciendo la profunda religiosidad de la época a pesar de la grave crisis económica que afecta a este período. De la arquitectura barroca andaluza cabe destacar la riqueza ornamental que recubre los interiores y las fachadas de los edificios. Hacia la mitad del siglo XVII se levantan en Andalucía oriental las bellas y grandiosas fachadas de las catedrales de Jaén y Granada, está última de Alonso Cano. Del siglo XVIII es la portada de la catedral de Guadix y la construcción de la Catedral de Cádiz.



FACHADA DE LA CATEDRAL DE JAÉN

FACHADA DE LA CATEDRAL DE GRANADA

PORTADA BARROCA DE LA CATEDRAL DE GUADIX

CATEDRAL DE CÁDIZ

RÉPLICA DE UN AUTORRETRATO DE ALONSO CANO
En Andalucía occidental destaca la ciudad de Sevilla. En el siglo XVII y en la primera mitad del XVIII, se construye en Sevilla una enorme cantidad de edificios religiosos, la arquitectura barroca sevillana no supuso realmente una ruptura con los preceptos renacentistas ni con la tradición mudejárica, sin embargo la profusión ornamental es algo distintiva. Cabe destacar dos edificaciones de gran relevancia del barroco sevillano como son La Iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad y La Iglesia de San Luis de los Franceses. Además la arquitectura barroca sevillana para las construcciones religiosas se extiende y se toma como ejemplo en las zonas próximas, destacando las torres de iglesia del barroco ecijano, la Iglesia de San Juan Bautista de la Palma del Condado o la portada de la Iglesia de San Miguel de Jerez de la Frontera (Cádiz). La exuberancia ornamental de la arquitectura barroca andaluza se puede ver plasmada realmente en la Sacristía de la Cartuja de Granada o en la Capilla Sacramental de la Iglesia de la Asunción de Priego de Córdoba. Además en este período también se levantan bellas mansiones nobiliarias con magníficas portadas que hablan de la importancia de sus propietarios, destacando la Casa del Almirante (Cádiz) o el Palacio del Marques de Salvatierra en la ciudad de Ronda (Málaga).

INTERIOR DE LA IGLESIA DE SAN JORGE DEL HOSPITAL DE LA CARIDAD


IGLESIA DE SAN LUIS DE LOS FRANCESES

TORRE DE SAN GIL DE ÉCIJA (SEVILLA)


IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA DE LA PALMA DEL CONDADO (CÓRDOBA)

SACRISTÍA DE LA CARTUJA DE GRANADA

CASA DEL ALMIRANTE (CÁDIZ)

PALACIO DEL MARQUES DE SALVATIERRA EN RONDA (MÁLAGA)

EL BARROCO EN ANDALUCÍA

El Barroco es el período cultural comprendido entre el Manierismo y el Rococó. El Barroco surgió en Italia a principios del siglo XVII, Desde principios de siglo XVII y hasta mediados del siglo XVIII predomino en este etilo la linea curva sobre la recta y fortaleció el elemento decorativo sobre el constructivo. El estilo barroco se caracteriza por su oposición a los valores renacentistas de equilibrio y armonía, las manifestaciones artísticas de este período representan una realidad nueva plagada de movimientos y con formas ostentosas que tienden a la exageración. A la obra equilibrada y racional del Renacimiento viene a sustituirla la expresión desequilibrada del Barroco. La arquitectura queda ahora dominada por infinitas curvas, la planta, la columna, los muros, etc. La escultura y la pintura se pliegan a la arquitectura, llegándose a una perfecta integración de las artes. El Barroco es el arte del movimiento, de la tensión dramática.

España es la abanderada de la Contrarreforma católica, el poder de la iglesia será aquí muy grande, lo cual explica la característica más sobresaliente del arte barroco español, su carácter eminentemente religioso.

El Barroco en Andalucía no puede entenderse sin la sociedad que lo engendró, una sociedad muy jerarquizada de base rural con una nobleza minoritaria y poderosa, un clero celoso y preocupado por la ortodoxia de la fe católica, abundantes órdenes religiosas y una extensa y variada clase social sin ninguna fortuna en la que se encontraban artesanos, jornaleros del campo, braceros, gente sin ningún oficio, soldados y muchos mendigos.

CAPILLA DE LA IGLESIA DE SAN MATEO EN LUCENA (CÓRDOBA)


martes, 17 de mayo de 2016

EL ARTE DEL RENACIMIENTO EN ANDALUCÍA II

LA ESCULTURA Y LA PINTURA

La escultura del Renacimiento se basó en la tradición de la antigüedad, especialmente en el período helénico y es predominante reliosa. La escultura renacentista nació en Florencia y manifestó tendencia profana. Una de sus manifestaciones más originales es la escultura en madera policromada. Son numerosos los retablos con escenas de la pasión de Cristo y los temas dedicados a la Virgen María. Es frecuente el comercio e importación de obras de arte, especialmente piezas escultóricas de mármol, traídas de Italia. Además de Italia y de Flandes vienen artistas a distintas ciudades andaluzas para realizar encargos reales o eclesiásticos. Al mismo tiempo que los artistas peninsulares van a formarse y a trabajar en países europeos, sobre todo a Italia.La escultura del Renacimiento se caracteriza por las representaciones del cuerpo humano con un tratamiento perfecto de la anatomía, se plasma el movimiento, intentando conseguir el equilibrio y la perfección. Las características más destacadas de la escultura renacentista en Andalucía son la vuelta a las formas clásicas, el predominio del retrato y de los temas mitológicos, alegóricos y religiosos, el estudio del desnudo y de la anatomía y el uso de materiales como el mármol, el bronce o la madera. Cabe destacar los italianos Domenico Fancelli o Pietro Torrigiano en las ciudades de Sevilla y Granada y la marcha de Pedro y alonso Berruguete hacia Italia. Obras significativas de la escultura renacentista andaluza son el Sepulcro de los Reyes Católicos de la Capilla Real de Granada y el Sepulcro del Cardenal Diego Hurtado de Mendoza en la catedral de Sevilla, ambas obras realizadas por Domenico Fancelli. De Pietro Torrigiano cabe destacar el San Jerónimo penitente del Museo de Bellas Artes de Sevilla y a Alonso Berruguete se debe la transfiguración de Cristo de la Capilla de El Salvador de Úbeda (Jaén). Además hubo un gran número de talleres locales en las ciudades andaluzas que atendían la demanda de obras de arte. Cabe destacar la figura de Bartolomé Ordóñez autor del sepulcro de Felipe el Hermoso y Juana la Loca en la capilla Real de Granada.

RETABLO DE LA TRANSFIGURACIÓN DE CRISTO DE LA CAPILLA DE EL SALVADOR DE ÚBEDA (JAÉN)

En la pintura de este período, la influencia de los grandes maestros italianos a los promotores del Manierismo son la base artística de las principales pinturas españolas de la segunda mitad del siglo XVI. El gran avance de la pintura renacentista se produjo con el florecimiento de la pintura flamenca y el descubrimiento de la técnica del óleo. El Renacimiento supuso el análisis en la representación de la naturaleza. Las características de la pintura renacentista son la búsqueda de la perspectiva, la pervivencia de los temas religiosos, pero, por influencia clásica, se impulsaron también los mitológicos y alegóricos, las técnicas que se usan son el fresco, el temple y el óleo, la composición centra el tema y distribuye los elementos técnicos como el color, las formas y el volumen. Como soportes de las obras se utilizan techos, paredes, tablas y lienzos. Como ejemplos de esta pintura es la colección de Tablas flamencas de Isabel la Católica, conservadas en la Capilla Real de Granada. La pintura andaluza del período se caracteriza además por su eclecticismo y por la ausencia de una escuela propia. Cabe destacar los nombres de Alejo Fernández, Luis de Vargas con
 su obra la Alegoría de la Inmaculada de la Catedral de Sevilla y Pedro de Campaña con su obra El Descendimiento, también en la Catedral de Sevilla.

ALEGORÍA DE LA INMACULADA, CATEDRAL DE SEVILLA



















EL DESCENDIMIENTO, CATEDRAL DE SEVILLA

EL ARTE DEL RENACIMIENTO EN ANDALUCÍA

ARQUITECTURA

En el largo siglo que recorre la arquitectura renacentista en Andalucía se sucederán las corrientes estilísticas, en especial el plateresco, el purista y los elementos y formas manieristas. La característica común de la arquitectura, escultura y pintura es la de inspirarse en la antigüedad como fuente de sus motivos y elementos, así como la aplicación del racionalismo y la simetría. En la evolución del Renacimiento andaluz se distinguen las siguientes etapas:


  • El plateresco, que corresponde a la primera mitad del siglo XVI en el contexto de un arte oficial dominado por la poderosa monarquía de los Reyes Católicos, primero y de Carlos V, después. En él se combinan estructuras arquitectónicas del gótico final flamígero o isabelino con elementos decorativos venidos de Italia, que además incorporan elementos mudéjares, su nombre se debe por la similitud que resulta su decoración a la labor desempeñada por los trabajadores de la plata, cabe destacar en esta etapa la Casa de Pilatos de Sevilla, además del Ayuntamiento de Sevilla o la Sacristía de la Catedral, también de Sevilla. Estas dos últimas obras, del arquitecto Diego de Riaño.

CASA DE PILATOS (SEVILLA)


SACRISTÍA DE LA CATEDRAL DE SEVILLA
































  • El purista, se caracteriza por la simplificación de lo decorativo, por buscar la sencillez de líneas y por centrar su atención en los problemas constructivos, este período tuvo más arraigo en el Reino de Granada, destacando la Catedral de Diego de Siloé, el Hospital Real y el Palacio de Carlos V de Pedro Machuca, además de la Iglesia del Salvador de Úbeda (Jaén) o la Catedral de Jaén, ambas obras de Andrés de Vandelvira.

CATEDRAL DE DIEGO DE SILOÉ (GRANADA)

CATEDRAL DE JAÉN




























  • En otra etapa del Renacimiento, ya en la segunda mitad del siglo XVI, aparecen en Andalucía un conjunto de construcciones en las que se introducen elementos y formas manieristas, que anuncian la riqueza y complejidad del estilo Barroco, destacando El cuerpo de campanas de la Giralda, La Sala Capitular de la Catedral de Sevilla, ambas obras del arquitecto Hernán Ruíz II.

CUERPO DE CAMPANAS DE LA GIRALDA (SEVILLA)
Otras obras destacadas del Renacimiento andaluz son El Hospital de las cinco Llagas, La Catedral de Málaga, La casa Lonja de Sevilla, La Colegiata de Osuna o El Palacio de los Vázquez de Molina en Úbeda (Jaén). El siglo XVI en Andalucía es el siglo de la construcción de hermosas catedrales, hospitales, bellas iglesias, grandes palacios y conventos, todo ello lleva a un urbanismo nuevo de gran belleza, que unido a la presencia de la huella musulmana, configurará la peculiar fisionomía de muchas ciudades andaluzas.
COLEGIATA DE OSUNA

CATEDRAL DE MÁLAGA


domingo, 15 de mayo de 2016

EL RENACIMIENTO EN ANDALUCÍA

El Renacimiento es un movimiento cultural y artístico que surge en Italia en torno al año 1400, y que marca el paso de la Edad Media a la Edad Moderna, además trae consigo una gran transformación cultural, no sólo de las artes, sino también de las ciencias, de las letras y de las formas de pensamiento. El Renacimiento se fundamenta en los principios de la cultura clásica grecorromana, y se caracteriza por el rechazo de muchos de los principios del conocimiento medieval, pretende recuperar el saber clásico, en el cual busca una nueva de escala de valores para las personas que lo contemplan. Frente a la sociedad medieval, en la que todo gira en torno a la idea de Dios, durante el Renacimiento, el hombre pasa a ser el centro del universo. Emplea la razón como fuente de conocimiento y busca la verdad a través de la reflexión personal y de la investigación. El arte deja de desempeñar exclusivamente funciones religiosas y aparecen nuevos géneros y temas como retratos, el desnudo, el paisaje o los cuadros mitológicos. Y además de iglesias, también se construyen palacios, ayuntamientos, universidades, etc.

El artista, que durante la Edad Media era considerado como un artesano, empieza a ser valorado por su dimensión intelectual y sale del anonimato. Ya no se valora el arte sólo por su utilidad, sino que se busca en él la belleza. Las obras de arte dejan de ser objetos que tienen que cumplir necesariamente una función y pasan a ser considerados objetos autónomos. Esta nueva concepción promoverá el coleccionismo.
El desarrollo artístico y cultural fue diferente en las dos zonas del territorio andaluz, en la Andalucía occidental perduraba una mentalidad artística medievalizante, mezcla de tradición gótica europea y del mudejarismo autóctono, mientras que en la Andalucía oriental, el reino de Granada sobrevivió hasta finales del siglo XV con todo el esplendor del arte nazarita pero acogió más rápidamente las formas artísticas del Renacimiento, formándose distintos focos entre los que destacan el granadino y el jiennense. No obstante en ambas zonas perviven sustratos romanos e islámicos que afloran como una constante en las manifestaciones artísticas.

El nuevo lenguaje artístico se introdujo en Andalucía a través de los tratados de arquitectura, con la llegada de obras y artistas procedentes de Italia, junto a los cuales se desarrollan importantes talleres, mediante el viaje y estancia de artista españoles en Italia, influidos por las obras vistas en Italia, y por supuesto a través de la importante labor de mecenazgo desempeñado por las casas nobiliarias, que atraídos por el nuevo estilo encargan gran número de obras a estos artistas.

martes, 26 de abril de 2016

ANDALUCÍA EN LA EDAD MEDIA (II): LA ANDALUCÍA CRISTIANO-MEDIEVAL

La penetración tardía de los cristianos en Andalucía motivó un profundo arraigó de la cultura islámica, cuyo rasgos, incluso hoy en día, perviven en el pueblo andaluz. La repoblación cristiana, emprendida por Alfonso X, va a suponer la reintegración de Andalucía en la cultura cristiano-occidental.
La sociedad de Al-andalus fue plural y compleja. Vivieron en la península distintos pueblos con religiones y culturas diferentes: los cristianos, los musulmanes y los judíos. La pluralidad étnica fomentó una riqueza cultural, caracterizada por la fusión de rasgos de los tres pueblos que fructificaron en espléndidas manifestaciones artísticas que conviven en el tiempo y en el espacio.

EL MUDEJARISMO
El Mudejarismo  consiste en la pervivencia de rasgos islámicos en los estilos artísticos cristianos (románico y gótico) que se concreta en el empleo de materiales como el ladrillo, el yeso, la madera o la cerámica y la introducción de formas y elementos  de construcción musulmanas, especialmente almohades, cuyas técnicas conocían y practicaban los albañiles y maestros de obras musulmanes (alarifes). En Andalucía el estilo mudéjar va unido al estilo gótico y fue un arte popular que hizo pervivir las fórmulas artísticas islámicas, fundiéndolas con las estructuras cristianas del gótico. Hay restos de arquitectura mudéjar por toda Andalucía, pero el principal foco estuvo en el valle del bajo del Guadalquivir, sobre todo en Sevilla, donde el arte mudéjar estuvo impulsado por Pedro I, el cruel, bajo cuyo reinado se construyó el palacio mudéjar del Alcázar sevillano. En la arquitectura religiosa, el mudéjar da lugar a un tipo de iglesia de una o tres naves, con cabecera poligonal, portada abocinada sobre un cuerpo saliente, óculo en la fachada y una torre tipo alminar. Cabe destacar las iglesias sevillanas de Sta. Marina, Sta. Catalina, la iglesia Omnium Sanctorum, el convento de Sta. María de la Rábida en Huelva o la Sinagoga cordobesa.

SINAGOGA CORDOBESA
EL ARTE GÓTICO
El románico y el gótico, aunque tienen su origen en Francia se extienden por todos los territorios de Europa occidental. El románico tiene su época de esplendor entre los siglos X y XII. El sur de la península Ibérica, durante estos siglos estaba ocupado por los musulmanes de Al Andalus, motivo de la insistencia del arte románico en tierras andaluzas. No obstante, cabe destacar la iglesia de Sta. Cruz de Baeza como muestra de románico tardío.

IGLESIA STA. CRUZ DE BAEZA (JAÉN)
Inmediatamente después de la reconquista del valle del Guadalquivir se inicia la castellanización de Andalucía en cuyas creaciones artísticas es notable el eclecticismo o fenómeno híbrido en el que subyace la plena vigencia del arte musulmán, bajo los rasgos cristianos importados por los conquistadores.
Las primeras construcciones cristianas en Andalucía tuvieron carácter militar y son obras de fortificación de las fronteras con los reinos musulmanes. Se erigen castillos en el alto curso del Guadalquivir, destacando los de Alcalá la Real (Jaén), el alcázar cristiano de córdoba, el castillo de almodóvar (Córdoba), el castillo de Moron de la frontera, el castillo de Alcalá de Guadaira, el castillo de Arcos de la Frontera, el castillo de tarifa, el castillo de San Marcos del puerto Santa María (Cádiz) o la torre de Don Fabrique (Sevilla).

CASTILLO DE ALCALÁ DE GUADAÍRA (SEVILLA)
CASTILLO DE ALMODÓVAR (CÓRDOBA)


Las iglesias se levantan sobre las antiguas mezquitas, la arquitectura andaluza cuenta con un gótico característico propiciado por Alfonso X, el sabio. Este "gótico anfonsí" supuso la integración de la sencillez del gótico cisterciense con la plenitud y verticalidad del gótico burgalés y leonés y con el sustrato musulmán, visible sobre todo en el uso del ladrillo junto a la piedra, más escasa y costosa. Son iglesias repartidas por toda la geografía andaluza como por ejemplo Sta. Marina de Córdoba, Sta. Ana de Sevilla, Sta. María de la oliva de Lebrija (Sevilla), San Dionisio de Jerez (Cádiz) o la catedral vieja de Cádiz.

CATEDRAL VIEJA DE CÁDIZ
El edificio emblemático del gótico andaluz es la catedral de Sevilla, construida a lo largo del siglo XV, en un gótico tardío, llamado flamígero o florido, por la complicación de las formas, su elevación y grandiosidad. La catedral de Sevilla posee cinco naves, que se distribuyen con perfecta orientación cristiana, mirando hacia Levante. La impresionante nave central aloja dos carismáticas edificaciones: el coro y la capilla mayor. La capilla Real hace las funciones de cabecera de la catedral, en dicha capilla está ubicado el panteón del Rey San Fernando y de su hijo, Alfonso, junto con los sepulcros de algunos otros miembros de la familia real de la época. Del mismo modo, encontramos en ella a la imagen gótica de Santa María de los Reyes, patrona de Sevilla.

CATEDRAL DE SEVILLA
CATEDRAL DE SEVILLA VISTA AÉREA

lunes, 25 de abril de 2016

ANDALUCÍA EN LA EDAD MEDIA. LA ANDALUCÍA ISLÁMICA: AL-ANDALUS

El Islam es una religión monoteísta con 5 mandamientos: la fe en Alá y en el profeta, la oración 5 veces al día, la limosna, el ayuno en el mes del Ramadán y la peregrinación a la ciudad santa de la Meca. Los principios musulmanes se encuentran escritos en un libro sagrado, el Corán. El Islam crea una nueva era, cuyo punto de partida es el año 622, fecha de la Hégira o huida de Mahoma desde La Meca a Medina. En el año 711, los musulmanes del norte de África penetran en la península Ibérica venciendo a los visigodos en la batalla de Guadalete. Así se inicia la historia de Al Ándalus que terminará en 1492, con la conquista de Granada  por los Reyes Católicos. Los 7 siglos de permanencia de los musulmanes dejarán una profunda huella islámica en la cultura hispánica.
Los musulmanes crean un arte propio e inconfundible que se caracteriza por la fusión de rasgos clásicos, bizantinos, persas, cristianos y de cada uno de los pueblos que dominaron, logrando originales y bellas síntesis.

Urbanismo y arquitectura: La ciudad fue el núcleo de la civilización islámica. Se sitúan en lugares estratégicos (cerros o confluencias de ríos) y su trazado es irregular con calles estrechas y tortuosas. El corazón de la ciudad es la medina, recinto amurallado, donde se ubican los edificios oficiales y de uso colectivo: la mezquita mayor o aljama, el palacio o alcázar, el zoco o mercado o los baños. La vida musulmana gira en torno a los preceptos coránicos, especialmente la oración común de los viernes (día sagrado), así, la mezquita será el eje del arte islámico. Los edificios muestran gran sobriedad exterior reservando el lujo para los interiores, se utilizan materiales pobres como el ladrillo, tapial, yeso y madera. Las cubiertas presentan gran variación, usando techumbres planas o abovedadas y es singular, la creación en Córdoba, de la bóveda califal o de nervios que no se cruzan en el centro. El Corán no prohíbe la representación de imágenes, pero tampoco fomenta la incorporación de temas figurativos, sobre todo en el arte religioso. Así, la escultura y la pintura islámica son escasas, apareciendo tan sólo en ámbitos cortesanos y civiles, especialmente en las artes industriales. En la Alhambra de Granada hay dos curiosas muestras de ambas: Los leones de la fuente del Patio de los leones y las pinturas de la sala de los Reyes.


PINTURAS DE LA SALA DE LOS REYES EN LA ALHAMBRA (GRANADA)


EL ARTE MUSULMÁN EN AL ANDALUS Y SUS ETAPAS

El arte islámico de Al Ándalus se advierte una evolución cuyas etapas están en consonancia con los cambios políticos y económicos. De todas ellas han quedado monumentos emblemáticos por su perfección y belleza.
  •  El arte califal cordobés: Se inicia con el emirato independiente de Abderramán I y termina con la disgregación del califato en los reinos taifas, su momento de apogeo coincide el mandato de Abderramán III, en la Córdoba del siglo X. El arte califal toma elementos del arte romano y visigodo. Del arte bizantino recoge el lujo y colorido de los mosaicos. La mezquita aljama de Córdoba y los restos de la ciudad de Medina Azahara son los monumentos más representativos de esta etapa. Cabe destacar, además, el patio de abluciones de la mezquita de Ibn Adabás de Sevilla, el alminar de la iglesia de San Juan de Córdoba y la mezquita de Almonaster (Huelva).
          
MEZQUITA DE ALMONASTER (HUELVA)

  •  El arte de los reinos taifas: La muerte de Almanzor supone la disgregación del califato cordobés y en el año 1031, se produce la división del mismo en numerosos reinos independientes. De esta etapa hay que destacar las alcazabas de Almería, Málaga y Granada, el bañuelo de Granada y los baños de Villardompardo en Jaén.
         
BAÑUELO DE GRANADA

  •  Las influencias norteafricanas. Almorávides y almohades: Los almorávides generalizan la decoración de mocárabes, especie de estalactitas de yeso, un alfiz que corta los lados de los arcos, el pilar y unas bóvedas de nervios finos o caladas, además de un tipo de residencia con jardines y estanques que son precedentes de los granadinos. En Andalucía se conservan pocos restos almorávides. El dominio almohade dejó en Al Ándalus una profunda huella y una evidente unidad con el norte de África. Construyen fortificaciones con torres defensivas o albarranas. Crearon una decoración característica, consistente en unos entramados de rombos o paños de sebka que recubrirán los muros y utilizaron, además, la cerámica vidriada, los mocárabes, el pilar cuadrado, el arco de herradura apuntado y finas molduras o listeles. También fueron expertos en el arte del metal. Entre las obras dejadas por los almohades hay que destacar la mezquita mayor de Sevilla, de la que se conserva el alminar (la Giralda) y el patio de los Naranjos.
          
PATIO DE LOS NARANJOS Y ALMINAR DE LA MEZQUITA MAYOR (LA GIRALDA)

  •  El arte nazarí del reino de Granada: En el año 1212, los cristianos vencen a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén) y aparecen de nuevos los débiles reinos taifas. El más importante será el reino nazarí de Granada. La arquitectura nazarí se caracteriza por su perfecta integración en el entorno, por la sobriedad de los exteriores, por sus formas geométricas puras, por la sabia combinación de espacios cerrados (edificios) y abiertos (patios) y por la profusa decoración de interiores. Utiliza materiales pobres como el tapial y la mampostería. Las columnas nazaritas son finas y esbeltas. Los monumentos emblemáticos son  La Alhambra de Granada y el Generalife, residencia de verano con jardines de refrescantes fuentes. Restos de interés son los alminares malagueños de Salares y Árchez.
          
ALMINAR DE SALARES (MÁLAGA)



  •  Las artes aplicadas en Al Ándalus: Fueron famosos los talleres de Córdoba califal que destacaron en la producción de objetos de marfil para perfumes o joyas, en la metalistería decorativa y en los tejidos lujosos. De ello son exponentes: el bote de Almoguira (museo de Louvre), la cierva de Medina Azahara (museo arqueológico de Córdoba) y la Banda de Hixen II que se conserva en la Academia de la Historia de Madrid. Del siglo X es también el Tesoro de Charilla (museo provincial de Jaén), modelo de orfebrería y numismática (monedas). Por último Córdoba creó un tipo de cuero repujado, los cordobanes. Ya en la Granada nazarí hay que resaltar las ánforas granadinas (Jarro de las Gacelas del museo de la Alhambra) y la riqueza de la espada de Boabdil (museo del ejército de Madrid).
          
CIERVA DE MEDINA AZAHARA

ESPADA DE BOABDIL