domingo, 22 de mayo de 2016

EL ARTE BARROCO EN ANDALUCÍA II

ESCULTURA
En la escultura barroca andaluza, predomina la exclusividad religiosa. En las obras se funde el realismo con un carácter dinámico y expresivo. Las imágenes son naturales, puras y diáfanas. Destaca la serenidad y el equilibrio y se intenta motivar la devoción católica. Es una escultura de madera policromada que representa la vida de cristo desde su infancia hasta el drama de la  Pasión, la Virgen sobretodo en su versión de Inmaculada, y los Santos. La imagen procesional de tipo pasionista alcanza gran importancia y es el naturalismo con un fuerte componente dramático lo que caracteriza a la imaginería barroca andaluza. Cabe destacar los nombres de Juan Martínez Montañés, Juan de Mesa y Alonso Cano en la Andalucía del siglo XVII, pertenecientes a las escuelas sevillana y granadina.
El escultor Juan Martínez Montañés, se nutre del clasicismo, del sosiego y del minucioso estudio de la anatomía. En Sevilla le llamaban el "dios de madera" y en Madrid "el Lisipo andaluz". Entre sus obras más importantes destacan El Retablo de San Isidoro del Campo en Santiponce (Sevilla), Niño Jesús, Inmaculada, llamada la Ciguecita y el Cristo de la Clemencia.

CRISTO DE LA CLEMENCIA, SACRISTÍA DE LA CATEDRAL DE SEVILLA

RETABLO DE SAN ISIDORO DEL CAMPO, SANTIPONCE (SEVILLA)

INMACULADA "LA CIEGUECITA"
























































Alonso cano, discípulo de Juan Martínez Montañés, al igual que él también fue pintor y arquitecto, y del mismo modo emplea el clasicismo de su maestro, pero con mayor expresión y dinamismo. Al buscar la perfección y la idealización de sus esculturas, sus obras despliegan solemnidad en detrimento del dramatismo. De la etapa sevillana de Alonso Cano cabe destacar la escultura que ejecuta para el retablo mayor de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Oliva en Lebrija y muy especialmente su talla principal de la Virgen con el niño, también cabe destacar la imagen de Santa Teresa realizada para la iglesia sevillana de San Alberto y hoy en día en el convento del Buen suceso, o la  Inmaculada de la iglesia de San Andrés.


VIRGEN CON NIÑO DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SRA. DE LA OLIVA, LEBRIJA (SEVILLA)


SANTA TERESA, CONVENTO DEL BUEN SUCESO (SEVILLA)

INMACULADA DE LA IGLESIA DE SAN ANDRÉS














































 
Juan de Mesa y Velasco, ingresa en el año 1606 en el taller de Martínez Montañés, en Sevilla. La mayoría de sus obras les han sido atribuidas a su maestro durante mucho tiempo, su trabajo parece que fue dedicado casi en exclusividad a las imágenes que procesionan en Semana Santa. La clave de su éxito se debe al realismo de su obra que responde a un proceso científico por el que incluso hizo muchos estudios y observaciones de figuras humanas reales vivas y muertas que le permitieron aprender a plasmar estas anatomías en sus obras. Cabe destacar entre sus obras sus imágenes de santos, como el de San Juan procedente de la Cartuja de las Cuevas o el de San Ramón de los Mercedarios de Señor San José, ambos en el Museo de Bellas artes de Sevilla. El realismo es la otra gran aportación de la estética de Juan de Mesa, que se inspiraba en personas reales para conseguir ese efecto, destacando entre sus obras más importantes las imágenes de Jesús del Gran Poder, el cristo de la Buena Muerte, el Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de las Angustias.

SAN JUAN BAUTISTA, MUSEO DE BELLAS ARTES (SEVILLA)

SAN RAMÓN DE LOS MERCEDARIOS, MUSEO DE BELLAS ARTES (SEVILLA)

JESÚS DEL GRAN PODER (SEVILLA)

CRISTO DE LA BUENA MUERTE (SEVILLA)

CRISTO DE LA AGONÍA, VERGARA (GUIPÚZCOA)

NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS (CÓRDOBA)

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